Además de las masacres ocurridas en Quilicura, donde cuatro adolescentes murieron tras recibir una ráfaga de más de cuarenta tiros; y en Lampa, donde cinco personas fueron brutalmente asesinadas, se suman los asesinatos ocurridos en Estación Central, Talagante, Huechuraba, Viña del Mar e Independencia. Este escenario agudizó las tensiones en los sectores políticos.